Oct 31, 2010

Mujeres al borde de un ataque de nervios

Una nueva mujer presidenta en sudamérica. Mi reacción inmediata es de alegría: "Wow! Las mujeres estamos tomando el poder en el mundo!" Tengo una especie de sueño en el cual las mujeres logramos estar en esos puestos que consideramos de "poder": presidentas, alcaldesas, dueñas de la empresa, líderes de organizaciones, etc. Me gusta imaginarme lo que sería de este mundo si nuestra cultura fuera matriarcal, donde todas las presidentas del mundo se reunieran a hablar desde el corazon, buscando las mejores soluciones para el futuro de nuestros hijos. Las mujeres tenemos una sensibilidad tan especial que no dudo que nuestro mundo tendría un sentir completamente distinto si fuésemos las que tuviesemos el rol de liderar. Algunas se preguntarán "¿Y acaso los hombres no son capaces de lo mismo? Y mi respuesta es no.

Si hay algo que he aprendido a aceptar durante este último tiempo es que las diferencias entre hombres y mujeres existen. ¿Completamente obvio? Para mi no lo era, no porque no lo viera, sino porque para mi siempre fue esencial demostrarle al mundo que yo era capaz de hacer exactamente lo mismo que un hombre: yo podía ser agresiva, podía tener músculos y mover objetos pesados, podía ser líder de un grupo, podía escupir al suelo y responderle a aquellos que me piropeaban con algo aun más atrevido. Yo podía dominar a un hombre, y cuando lo lograba, miraba airosa a mi alrededor y me consideraba exitosa.

Siempre me apestó ser considerada mujer. Así de simple. Mis típicos comentarios cuando veía un programa de conversación o algún video de música en la televisión eran "¿Por qué son tan tontas las mujeres?" Rechazaba (y aun rechazo, en parte) depilarme y vestirme "femeninamente". Rechazaba cualquier cosa que me mantuviera catalogada como mujer, porque para mi ser mujer era sinónimo de ser débil. Ser una mujer que pudiese comportarse igual que un hombre era mi meta.

Hoy me río de esto, porque me doy cuenta de lo ingenua e infantil de mi forma de pensar. Yo, que siempre me consideré de lo más genial en cuanto a como me manejaba en cualquier entorno social -con líderes, con hombres- estaba tan mal enfocada que durante todos estos años no hice más que atrasar mi pleno desarrollo como mujer. Con el tiempo me he dado cuenta que ser mujer con todas nuestras sensibilidades, sueños, rollos, ideas, relaciones, observaciones, creaciones, fantasías, pasiones, y tantas cosas más, es nuestro poder, es el poder que nos pertenece. Yo misma había caído en la mentalidad patriarcal que nos dice que las mujeres somos menos, porque somos muy emotivas, muy rollentas, muy preocupadas de nimiedades, muy sensibles, muy raras, muy locas. Cuando en realidad hoy me doy cuenta que todo lo que yo soy como mujer es lo que me hace preciosa, es lo que me hace poseedora de un poder único.

He aquí el dilema de muchas mujeres hoy: ¿Cómo llego a ser una líder sin caer en la repetición del modelo masculino? Durante la conferencia a la que atendí en septiembre, una presentadora nos preguntó: "¿Cuántas de ustedes han tenido una jefa agresiva, fría, distanciada de sus emociones?" Muchísimas levantamos la mano. Luego preguntó: ´"¿Y cuántas de ustedes han sido esa jefa?"  Varias levantaron la mano. Este es un problema que debemos enfrentar día a día en nuestras vidas personales, nuestros roles de trabajo, o en cualquier situación en la que nos encontremos: ser líder consiste en encontrar nuestra voz, no en repetir el modelo masculino. No quiero inferir que todos los hombres son terribles, agresivos, y básicamente negativos en su forma de liderar, porque sé que hay muchos hombres que hacen un trabajo bastante bueno cuando se trata de liderar a otros. Pero el modelo de poder masculino nos ha llevado a la mayor parte de los grandes desastres que han habido durante nuestra existencia, y el modelo masculino ha sido el que hoy reina en el mundo. Yo creo en el poder innato de la mujer, que no hemos tenido la suerte de conocer a cabalidad durante nuestra generación. Por eso, aunque veo otra mujer tomar el mando de un país, el asombro se transforma rápidamente en reflexión: ¿Será esta mujer una mala copia de un hombre o será esta mujer capaz de utilizar todas sus cualidades inherentes que erroneamente hemos aprendido a resentir durante tanto tiempo y que están desesperadamente ansiosas por emprender el vuelo?

Oct 16, 2010

Lo que es ser activista

Amigas, hermanas, mujeres:

Estoy contenta de estar haciendo esto. A pesar de que no sé cuántas personas efectivamente leen esto, es una forma de no sólo sentirme más conectada y acompañada por mis hermanas mujeres, sino que de desarrollarme personalmente.

¿Es esto una forma de activismo?

Sí.

Una de las cosas que mencioné en el primer post es qué es lo que yo considero "activismo". Para muchas (incluso para mi) viene la imagen de una persona que se mueve dentro de círculos sociales, dentro de la comunidad, creando oportunidades, experiencias, conciencias que sirven para despertar a otros, que sirven para -como se dice- "cambiar el mundo".

Esto es importante. Nuesto valor individual es demasiado precioso para mantenerlo para nosotras mismas. Conozco a tantas mujeres increíbles, y cada una de ellas con un valor inmedible, que no dudo que somos capaces de emanar nuestra auténtica esencia y con esto potenciar a otros.

Pero creo que una de las partes más importantes de ser activista viene con un trabajo personal, con conocerse a sí misma y valorarse a sí misma por encima de todas las cosas, no porque los demás valgan menos o porque uno sea extremadamente especial, sino porque el trabajo que uno hace para otros nunca tiene la potencia tan grande como la que tiene cuando uno lo hace desde un lugar y una sensación de paz interior.

Esto lo creo porque es mi experiencia. Pero también, lo reiteré por la cantidad de mujeres que escuché en la conferencia que confirmaban que ellas recién pudieron convertirse en ese agente de cambio que tanto querían ser cuando lograron mirarse y decir "es hora de sanarme a mi misma". Sí, esto lo dijo Zainab Salbi (www.womenforwomen.org), hija del piloto de Saddam Husseim que vivió gran parte de su niñez aterrorizada por la relación obligatoria que tenía con este hombre, que fue casada en un matrimonio arreglado con un hombre abusivo, y que terminó por crear una de las grandes organizaciones humanitarias enfocadas hacia mujeres sobrevivientes de zonas azotadas por la guerra. Durante su presentación, comentaba cómo la realización de que era hora de volcarse hacia sí misma ocurrió en un momento en que estaba junto a una mujer en Congo (si no están al tanto de lo que está ocurriendo hoy, en este momento en Congo, es cosa de buscar "women in Congo" en google, o vayan aquí) llamada Nebitu. Nebitu tenía 52 años cuando la conoció Zainab hace un par de años, y le contó acerca de cómo fue violada junto a sus tres hijas de 22, 21, y 9 años por un grupo innumerable de hombres. Los hijos de Nebitu fueron obligados a sostenerles las piernas y manos de su madre y hermanas mientras los hombres las violaban. Uno de los violadores ordenó a uno de los hijos de Nabitu que violara a su madre, y él se negó, por lo cual le dispararon en los pies.
Zainab cuenta que la mujer le dijo "No tengo nada. No tengo casa, estos 'zapatos' que tapan mis pies están hechos de basura, este vestido me fue regalado por alguien. No tengo absolutamente nada". Entonces Zainab le dijo "qué puedo hacer por ti?" Y lo único que le pidió la señora fue que Zainab contara su historia, que le diera a conocer al mundo lo que pasaba en la vida de muchas mujeres en Congo, para que esto no tuviera que volver a ocurrir. 
Zainab (que es una mujer absolutamente hermosa y que se ve una mujer más fuerte que una piedra) dice que lloró durante las cinco horas de viaje desde Congo hasta Rwanda. Esta fue una de las lecciones de humildad más grandes de su vida, dice. "Esta mujer, analfabeta, sin hogar, que había mirado al terror en los ojos, tenía más coraje y fuerza que yo", dice Zainab. "Hasta este momento, yo no tenía coraje. Mucha gente me ve como una mujer valiente: he estado en Bosnia en medio de la guerra, Kosovo en medio de la guerra, Afghanistan en medio de la guerra, y no es gran cosa para una persona que nació y creció en una guerra (...) pero siempre estuve mirando y trabajando hacia fuera, en vez de tener el coraje de mirar hacia dentro. El coraje realmente está aquí. ¿Tienes el coraje de dar a conocer tu verdad tal cómo lo hizo Nabitu?"
Zainab luego cuenta que hasta el 2005 no le había contado a absolutamente nadie que era hija del piloto de Hussein. Hussein era su "tío". "Tenía tanto miedo de contarle eso a alguien, no sólo por lo que las personas saben acerca de Saddam Hussein, sino porque también temía que si lo contaba, las personas dejarían de ver mi rostro, y comenzarían a ver el suyo. Trabajé tanto toda mi vida para demostrar que yo era valiosa por misma, que tenía mis sueños, mis fortalezas, mis debilidades, pero que yo era yo, porque en Iraq crecí como 'la hija del piloto de Saddam Hussein'. No tenía el coraje de contar esto porque sentía que mi persona desaparecería. Y me di cuenta 'no puedo tener la credibilidad de sentarme con personas como Nabitu si no tengo el coraje de romper mi propio silencio'. Mi viaje fue desde salvar a otros a darme cuenta que no funciona así. Es salvarnos a nosotras mismas, de salvarme a mí misma! Y ese fue el viaje más difícil".

Sí, lo sé. Zainab ha vivido una vida de trauma extrema. Por supuesto que tiene el derecho de sentir eso, siendo una mujer traumatizada por Saddam Hussein, haber estado en un matrimonio arreglado, haber sido violada. Por supuesto que ella tiene el derecho de focalizarse en sí misma. Se lo merece.

¿Acaso tú y yo no?

Curiosamente, Zainab no es la única mujer que habló acerca de esto. Básicamente todas las mujeres que hablaron en la conferencia se refirieron de alguna u otra manera al viaje personal que debe hacer cada mujer, cada persona, para llegar a ese lugar de paz en donde la ayuda a otros se hace sin esfuerzo y con una conciencia personal completa.

Pero, si aun necesitan otro ejemplo, un ejemplo desde el polo opuesto, está Jennifer Buffet. Jennifer Buffet es esposa de Peter Buffet, segundo hijo del magnate inversionista Warren Buffet, uno de los hombres más adinerados del mundo. Esta mujer dio uno de los discursos más emotivos de toda la conferencia. Y no fue sólo porque dio a conocer su proyecto (The Girl Effect), ni porque tiene el don de la palabra, sino porque habló de sí misma con una honestidad admirable. Habló de su lucha personal como mujer, que recién comenzó a cambiar cuando estaba llegando a los 40.

Ahora, muchas personas pueden decir, "O.K., mujer americana, de clase media, casada con un hombre millonario... qué problemas puede tener ella?" Especialmente después de escuchar la historia de Zainab y Nabitu, qué dificultades tan imensas puede tener Jennifer Buffet, o cualquiera de nosotras si vamos al hecho...

Curiosamente, la misma Zainab responde a esto en su discurso: ""Estoy convencida de que cada mujer tiene su historia. Sé que muchas crecieron entre medio de los privilegios de América [o de nuestro mundo Occidental], pero estoy convencida que cada mujer tiene su historia". Efectivamente, todos tenemos nuestra propia historia, y en el contexto de nuestras vidas nuestras experiencias pueden llegar a sernos tan dolorosas como lo es para Zainab haber sido "la hija del piloto de Saddam Hussein". Personalmente, estoy convencida de esto. Y cuando escuchas a una mujer que pareciera que lo ha tenido todo (Jennifer Buffet) hablar de como, por distintas circunstancias de su vida (y de una manera muy subjetiva, por lo demás), siempre sintió que no tenía el derecho de honrar sus deseos y sueños más íntimos, te miras a ti misma y dices "hmm... que cosas debo sanar en mi para realmente ser todo lo que mi potencial de mujer me permite?" porque aunque siempre lo has sabido, escuchar a mujeres que han hecho cosas increíbles confesar que todo lo que han hecho sólo ha cobrado la importancia que tiene cuando volcaron su atención hacia sí mismas y sus necesidades más íntimas te reafirma que el trabajo más importante que puedes hacer en tu vida es el que te lleva a valorarte y quererte por sobre todas las cosas.

Esto no es desde una filosofía individualista donde "yo" soy el centro del universo. Tengo claro (y espero que ustedes también) que no soy nada más que una ínfima parte de este Universo. Pero también tengo claro que ese rol que tengo en el Todo lo debo hacer de la mejor manera posible, y sólo podré llegar a ser un medio para la belleza del Universo cuando sea capaz de honrar mi papel. Cuando sea capaz de honrarme como tal.

Personalmente y en este momento, llegar a mi máximo potencial involucra alimentación sana, terapia personal (músicoterapia, lo cual me tiene muy contenta porque está más relacionado a lo que yo soy), nutrir mis relaciones, este blog (jiji), y muchas otras cosas. A la vez, trabajo con otros en la mejor forma que sé, y es mi pasión ayudar a otros y vivir mi trabajo aprendiendo. Para otras, es completamente distinto. Pero lo que es seguro es que alcanzar el máximo potencial en nuestras comunidades y finalmente en nuestra sociedad comienza y se fortalece a través del trabajo que dedicas a crecer infinitamente como ser humano.

Si dudas, y dices "Yo no necesito hacer eso! Estoy super bien como estoy ahora!" tengo dos respuestas para ti. En primer lugar, si realmente has llegado a ese estado mental y espiritual de paz, felicitaciones. Me imagino que eres capaz de entregar mucho a los que te rodean, y espero que lo estés haciendo en todas las formas y acciones que puedas.
Pero, para ti, para ti que aun tienes camino por recorrer, tienes todo el derecho de darte los tiempos y espacios para cumplir con lo que tu quieres que sea esta vida para ti. Crea la vida que vives, crea el bienestar en tu vida, sánate a través de lo que tú crees que te va a sanar. Porque sólo así te convertirás en un verdadero agente de cambio.

Oct 3, 2010

Eva (y Adán...)


Una de las cosas más inspiradoras de asistir a una conferencia dedicada al tema de Mujeres y Poder es la cantidad de historias que escuchas. Mujeres de todo el mundo, de todas las edades, de distintos sectores sociales y económicos, de experiencias variadas, todas juntas para compartir lo que han vivido, y lo que han llegado a ser hoy, todas increíbles sobrevivientes de sus propias historias. Todas con la meta común de vivir sus vidas lo mejor posible, y eventualmente ayudar a otras a hacer lo mismo.
                Una de las cosas que más me llamó la atención era la cantidad de mujeres que desde una edad muy temprana mostraron marcado interés no sólo por ayudar a otros, sino de hacer sus ideales más íntimos una realidad. Así, muchas de las mujeres que conocí comenzaron sus propias ONG a edades tempranas, y siguieron fieles a sus ideales hasta que sus organizaciones lograron convertirse en ejemplos mundiales y las cuales hoy ayudan a miles de mujeres (y por ende, comunidades) a surgir.
                Cuando escucho esas historias, usualmente se me viene el pensamiento inútil de que yo no he hecho lo mismo. A pesar de tener tantos intereses desde una edad temprana, rara vez me he movilizado continuamente para lograr un objetivo a más largo plazo. He ido a marchas, reuniones, seminarios, charlas, conferencias, y talleres, además de los estudios más extendidos en la universidad (como mi carrera universitaria, un diplomado, y un máster), pero nunca he puesto algo de esto en un proyecto que refleje mis ideales sociales, rara vez he convertido todo esto en un fin palpable.
                Pero creo que de cierta forma esta falta de acción es básicamente una falta de conocimiento (de las tantas oportunidades que existen para que uno se movilice), de apoyo, y básicamente, de confianza. Hoy me siento tremendamente capacitada para compartir y movilizar a los que me quieran acompañar, porque me doy cuenta de la tremenda cantidad de recursos que existen (tecnológicos, sociales, e incluso monetarios) para producir un cambio. Hoy me doy cuenta que uno esencialmente puede hacer lo que quiera, es sólo cosa de MOVERSE.
                Amigas, quiero que utilicen este medio para informarse acerca de acciones, proyectos, y organizaciones de mujeres tan diferentes y similares a cada una de ustedes. Quiero que Chile se llene de mujeres que se movilicen, y es hoy cuando más se necesita gente comprometida por un objetivo. Pero creo que lo esencial es que ustedes se movilicen en lo que realmente creen. Es difícil producir un cambio si la atención de uno cambia radicalmente de un tema a otro, sin llegar a entender lo suficiente y necesario para ser un agente importante en un área. Conozcámonos, apoyémonos, y movilicémonos, pero no olvidemos que lo mejor que puedes hacer es dedicar tus fuerzas a algo que realmente te apasiona.

* * *

                La primera persona que habló en la conferencia es Carla Goldstein. Actualmente es directora del Women’s Institute en Omega, pero ha hecho varias cosas (activista, profesora, abogada). Habló durante toda la conferencia, pero me voy a referir aquí a su discurso inicial (no era considerada una presentadora, sino más bien una facilitadora entre discursos principales, y como mi intención es darles a conocer la totalidad de la conferencia, la estoy incluyendo).
                Carla Goldstein habló de su hija que pronto va a celebrar su Bat Mitzvah (celebración en la religión judía que significa “Hija de los Mandamientos” - Bar Mitzvah “Hijo de los Mandamientos” para los hombres - y que se celebra a los 12 o 13 años para las mujeres). Los Bat Mitzvah no siempre se celebraron - comenzó a celebrarse en 1922, pero los ortodoxos aun sólo lo permiten para los hombres. El Bar o Bat Mitzvah es una celebración en la cual el niño o niña oficialmente se convierte en un practicante de la religión judía por sus propios medios, es decir, se le considera responsable de profesar su religión y participar de actividades religiosas sin la observación ni guía de sus padres. Durante el Bar o Bat Mitzvah el niño o niña tiene que leer una porción del Torah, el libro más sagrado de los judíos.
                A esta niña justo le tocaría leer la parte acerca de la creación (Adan y Eva), y con la intención de animar a su hija a entender más, Carla Goldstein decidió buscar junto a ella en internet distintas versiones de “la creación”. Básicamente, la historia siempre seguía la misma secuencia: Adán y Eva eran completamente inocentes hasta que Eva decidió caer en la tentación, comiendo del árbol del conocimiento. Fue Eva la que llevó a Adán a romper su promesa con Dios, y básicamente fue Eva la culpable de la expulsión de ambos del jardín del Edén, el comienzo de la perdición de la humanidad.
                Por supuesto, uno puede interpretar esta historia de otra forma: Eva puede ser vista como una mujer tremendamente valiente que tomó un paso enormemente importante para nuestro desarrollo como seres humanos. Es una interpretación válida, pero usualmente no es la que primeramente nos viene a la cabeza. Las historias llegan a arraigarse de una manera profunda en nuestro inconciente, y a formar parte de nuestras propias narrativas. Por mucho de que muchas (incluyéndome) no somos religiosas, esta historia ha formado parte de nuestra existencia, e incluso puede verse como una justificación desde el comienzo de los tiempos de la sociedad patriarcal. ¿Cómo sería de distinta nuestra concepción acerca de nosotras mismas si fuésemos criadas con una historia de la creación en la cual las mujeres fuesen definidas como heroínas, como capaces de enfrentarse exitosamente a complejidades morales y sociales?
                No sé qué tanto estoy de acuerdo con Carla Goldstein en cuanto a la influencia de esta historia en nuestro inconciente colectivo, pero sí fue una de las tantas historias que escuché durante la conferencia que me hicieron cuestionarme por qué nunca había mirado eso de tal forma y siempre lo había dado por sentado.