Sep 29, 2010

Conociéndonos, apoyándonos, movilizándonos

     Amigas, hermanas, mujeres: Este fin de semana asistí a una conferencia que fortaleció muchas de las creencias que llevo en mi. La conferencia se llamó "Mujeres y Poder" y se llevó a cabo en el Instituto Omega (www.eomega.org) en Rhinebeck, New York. La sensación de estar entre centenares de mujeres que compartían la creencia fundamental de que las mujeres tenemos características emocionales, intelectuales, y relacionales que aun son ignoradas o que en el peor de los casos aun están dormidas nos unía a todas. Habían mujeres de todas partes del mundo: Haití, Bulgaria, Burundi, Chile (yo, jiji), Canadá. Y todas habían asistido a esta novena versión de la conferencia con la esperanza de encontrar apoyo en mujeres de mentalidad similar para seguir trabajando en lograr hacer de sus sueños una realidad.
     Yo nunca me he definido como feminista ni como activista, posiblemente porque yo misma conceptualizaba estas dos palabras de una forma extremista. Pero hoy puedo decir que soy ambas, porque hoy defino feminista como una persona que cree que las mujeres tienen un potencial inexplorado, que no necesariamente es lograr igualdad con el hombre. Sí, hemos logrado básicamente (gracias a mujeres increíbles del pasado) en nuestro mundo occidental el derecho a votar, el derecho a utilizar pantalones, el derecho a luchar por nuestras creencias, el derecho a ser presidenta de un país (y en muchas partes nada de  esto se logra aun... por lo cual esta definición de feminismo sigue siendo totalmente relevante y válido). Pero creo que el paso siguiente es darnos cuenta que las diferencias (y sí, las tenemos) que existen entre nosotras y el hombre son la esencia del feminismo, son la esencia de lo que nos hace poseedoras de un poder inexplorado. (Quiero aclarar aquí que mi definición de feminismo en ningún caso tiene que ver con disminuir a los hombres... me definición de feminismo esencialmente tiene poco que ver con el hombre. Más a seguir en próximos post acerca de esto).
     La definición de activismo es un poco más complicada. Creo que hay distintas formas de ser activista: el lograr ser 100% vegetariana ha sido una forma de activismo según me punto de vista, porque he logrado un cambio personal radical que tiene fundamentos (ambientales, nutricionales, y éticos) y que ha impactado mi vida personal positivamente. Tal como esto, muchos pueden ver distintos cambios al nivel individual como activismo: hacer meditación todos los días, reciclar, utilizar menos energía, apagar el agua mientras uno se lava los dientes, comprar productos orgánicos locales, ser buena con mi  mascota, dejar de ver películas de terror (?), etc. Estos cambios se pueden definir como "activismo" no sólo por el hecho de que reflejan un cambio en la vida de uno, sino porque son reflejo de un cambio societal mayor.
    Creo que uno debe partir por un activismo individual, porque es parte de la evolución hacia un activismo social. Pero, para mi, la palabra "activismo" sólo adquiere valor cuando el activismo individual se ha extendido fuera de las puertas de nuestra casa. 
     Este blog es una forma de activismo. Mi deseo es que todas las amigas, hermanas, mujeres, encuentren un espacio donde puedan compartir lo que están haciendo no sólo por movilizarse en sus propias vidas personales, sino por movilizar a sus familias, amigos, comunidades. Creo que de alguna forma u otra, todas lo están haciendo. Pero aun si sientes que no lo estás haciendo, podrás sacar valor y aliento desde lo que estamos haciendo las mujeres a tu alrededor.
     Mucho de lo que escriba aquí va a surgir de lo que escuché durante los tres días de conferencia. Afortunadamente, decidí comprar la conferencia completa, lo cual tengo en audio, y mi intención es dar a conocer a todas ustedes lo que se habló durante esos tres días, sumado a recursos en internet o literarias donde puedan recurrir a aprender más de ciertos temas. Vinieron muchas mujeres de todas partes del mundo no sólo a escuchar lo que se habló, sino también para hablarnos acerca de cómo ellas han transformado sus experiencias traumáticas en acciones de impacto positivo. Ahora, yo sé que muchas de nosotras no hemos tenido las experiencias traumáticas de guerra, violación, abuso sexual, o muerte en nuestras familias (muchas sí). Pero una de las cosas más importantes que aprendí, o mejor dicho, reafirmé después de estos tres días es que la experiencia de una nunca es menos importante que la de otra. Es ahí donde empieza tu activismo y la aceptación de tí misma, cuando le das la importancia a tus experiencias tal como se la darías a cualquier otra persona.
     Por favor, no duden en escribirme a mujeresactivas@gmail.com o en este mismo blog para sugerir ideas, debatir, y crear la realidad que tu quieras.

Con cariño,

Natalie